Los meteculpas, así es el título del primer capítulo del libro que estoy leyendo: Gente tóxica, de Bernardo Stamateas. Este libro trata de darnos algunas respuestas a las múltiples preguntas que nos hacemos a diario sobre la gente que nos rodea. Y digo yo, ¿de quién nos rodeamos en el ámbito familiar, laboral y de las amistades?, ¿quién es la gente que quiero tener a mi alrededor y de quién me rodeo de hecho?.
La gente tóxica es toda aquella gente que nos hace daño de una u otra forma, sin olvidarnos de que uno puede ser muy tóxico para sí mismo. ¿Debemos tener relación con aquellas personas que nos hacen sentir más pequeños, con los que no te sientes realmente bien, sólo porque los quieres o aprecias o porque son de tu familia?¿Nos hace algún bien juntarnos con ciertas personas?¿Sería mejor evitarlas?
Centrándonos en los meteculpas -si alguno no se ve a sí mismo como uno, será fácil reconocer a alguien conocido en este papel-, debemos distinguir dos tipos: el que se echa siempre la culpa a sí mismo, y el que se la echa siempre a los demás. ¿Con cuál os quedáis? Ninguno de los tipos es bueno. La culpa es un sentimiento negativo, muy negativo, y es una manera muy utilizada para manipular a los demás, según Stamateas.
La gente tóxica es toda aquella gente que nos hace daño de una u otra forma, sin olvidarnos de que uno puede ser muy tóxico para sí mismo. ¿Debemos tener relación con aquellas personas que nos hacen sentir más pequeños, con los que no te sientes realmente bien, sólo porque los quieres o aprecias o porque son de tu familia?¿Nos hace algún bien juntarnos con ciertas personas?¿Sería mejor evitarlas?
No me quiero enrollar demasiado. La conclusión principal a la que llego es que hay que evitar tener sentimientos de culpa en exceso y, desde luego, también evitar echar las culpas a los demás para sentirse mejor con uno mismo.
Dejo a continuación alguna frase sacada literalmente del libro que me ha gustado:
Te ha pasado alguna vez que necesitabas contarle a alguien una situación por la que estabas pasando y de repente te has encontrado consolando a tu interlocutor? Este tipo de manifestaciones y de expresiones constituyen una clara evidencia de la manipulación que el otro está ejerciendo sobre ti. Al hacerlo te está diciendo: "Tu dolor no es tan grande como el mío."
"El hombre capaz de sonreir cuando las cosas van mal, ya ha pensado a quién le echará la culpa." - Ley de Jones.
¿Conocéis a algún meteculpas? ¿Os reconocéis como uno de ellos? Pensadlo bien.
Mmmm, me interesa este libro, primero lo leo y después lo recomendaré a alguna que otra "gente tóxica".
ResponderEliminarCreo que todos somos un poco meteculpas, lo bueno es saber aceptarlo. Esta claro que perfectos no somos nadie y que esto se parece a.... "ver la paja en el ojo ajeno", ¿no os parece?
ResponderEliminarAnónimo, sería escapar de la realidad el no reconocer que hay gente más "meteculpas" que otra. Puede ser que todos tengamos un poco de ello, pero no podemos equipararnos sin más. Somos diferentes. Nadie habla de ser perfecto. Aceptarlo está bien, pero entonces debería intentar cambiarse, no? Uno puede ser meteculpas, otro falso, otro egoísta, otro envidioso. ¡Hay múltiples formas de ser "tóxico"!
ResponderEliminarEn cuanto a lo de "ver la paja en el ojo ajeno", no estoy de acuerdo; ya digo: "sin olvidarnos que uno puede ser muy tóxico para sí mismo". Quizás debería añadir: "y está claro que también para los demás". Quería decir que uno puede ser el agente tóxico, debemos tenerlo en cuenta. Por supuesto que hay que mirarse hacia el interior.
Y otra cosa, Anónimo, si te apetece mostra tu identida, en la pestaña de "Comentar como" tienes una opción: "Nombre/URL". Si la marcas podrás escribir un nombre o un nick. ¡Vamos, si te apetece!;)
Me gustan los comentarios que terminar con preguntas, dan pie a contestar y está bien debatir
Lucistina, yo te lo presto
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