lunes, 16 de abril de 2012

A mí tampoco me gustan los lunes (X)




Afortunados somos por ser partícipes de la descomunal guerra por la bota de oro. 41-41. Me gusta. Nos distrae mientras el Rey caza elefantes en Botsuana y se fractura la cadera o mientras el nieto del mismo se pega un tiro en un pie. Dentro de unos años no podremos decir aquello de que claro, no era lo mismo meter cuarenta goles hace cincuenta años, ya que había muchos jugadores que no eran tan buenos ni física ni técnicamente. Eso ya no es así, coincidiremos todos al decir que nunca ha habido tantos profesionales en la primera división de fútbol de España. Se trata de auténticos deportistas que son unos portentos físicos. Cristiano y Messi se hacen mejores el uno al otro; del mismo modo que un político se corrompe más en un sistema ya corrompido, un jugador se hace mejor entre un grupo de buenos jugadores, y, casi, podemos asegurar que es muy probable que no volvamos a ver otra cosa igual. Estos bestias, amantes del gol y casados con él -decía un entrenador mío cuanto menos peculiar, como muchos de los que pululan por España, que "o balón non o foden porque non ten buraco", refiriéndose a los profesionales-, van a por los cincuenta. Tienen cinco partidos para demostrar hasta dónde son capaces de llegar. Y ahora viene lo realmente bueno, las semifinales de la copa de Europa y el partido Barça- Madrid. Trepidante lo que se avecina. No han sido fáciles los partidos de liga de la última jornada, ambos equipos han empezado perdiendo sus respectivos encuentros y eran palpables los nervios en los banquillos. La presión la tiene el Madrid cuando juega después del Barcelona, pero éste se la pasa al otro cuando juega primero. Y es que presión la lleva el primero, pero también el segundo. Ciento siete goles para un Madrid que ya bate el récord de la quinta del Buitre cuando era entrenado por Toshack. Don Benjamin Toshack, quien nos dejó perlas como las que siguen: "Hay más posibilidades de ver un cerdo volando por encima del Bernabéu a que yo rectifique" o "Mis jugadores han corrido hoy por el campo como pollos sin cabeza. Es difícil hacerlo peor" o " Los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a siete u ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones". Todo un personaje.
Suena la música de la Champions.


No me gusta que las figuras más idolatradas en nuestro planeta sean del tipo Steve Jobs o Amancio Ortega. Mientras se conocen términos como obsolescencia programada, que sirve, según sus defensores (por lo general aquéllos que viven muy por encima de las posibilidades de la mayoría) para mantener un sistema económico y social que, por cierto, tiene las horas contadas -porque los recursos no son infinitos y estamos llenando de mierda el planeta-, hoy, 16 de abril, se celebra el Día Mundial contra la Explotación Infantil. Nuestras generaciones futuras se preguntarán, sin duda, por qué hacíamos caso omiso a lo que nuestros ojos veían venir y por qué no hicimos nada para cambiarlo. Aquella civilización que acabó con todo,  dirán, sin importarles traernos a este mundo. Más crueles que los romanos con los esclavos, los españoles de la Santa  Inquisición, los franceses de Bonaparte, el Imperio Británico, los alemanes nazis y los rusos stalinistas eran el mundo globalizado de la China capitalista que producía a bajo coste y el resto de países que se volvían locos por las nuevas tecnologías de usar y tirar. Pese al intento de unos pocos de que esto no sucediera. Así lo verán las generaciones futuras en sus libros electrónicos con sus profesores virtuales. No me cabe la menor duda. 


Volviendo al fútbol. En la otra Liga se aprietan las cosas, tanto por arriba como por abajo. Al Valencia le sienta mal madrugar y, mientras dormita, el murciélago, más acostumbrado a las tinieblas de la noche, ve cómo le meten cuatro los periquitos, más despejados por la mañana. El Málaga, en la cuarta  posición, se siente impotente frente a un gol legal  anulado que hace que se deje dos puntos; se hubiera puesto tercero en la tabla. La Real apañando un puntito. El Zaragoza se niega a verse descendido, "sí se puede" cantan los mañicos. Los de Bilbao -menudo temporadón que llevan: van a jugar la final de la Copa del Rey, están en la recta final de la UEFA- no dejan de luchar por entrar en la Champions para el año que viene. Con lo bonito que juegan no me importaría verlos entre los mejores de Europa. Sería un digno representante de lo mejor del fútbol español.
Qué bueno sería ver un derbi gallego en primera. Después de ganar el Depor por 2 a 3 en Balaídos, tiene prácticamente asegurado el ascenso. Por contra, el Celta se cae a la tercera plaza en beneficio del Valladolid y es posible que tenga que luchar por el ascenso por el modo indirecto, es decir, la liguilla que jugarán los equipos que queden entre el tercer y el sexto puesto.
No me gustan los radicales, tampoco los del fútbol. El derbi Celta-Depor debería de ser visto como un acontecimiento de hermandad, como hacen muy bien los vascos. Ya; son sólo unos pocos. Bueno, en este caso algunos más de lo habitual.





Qué buena semana de fútbol viene. Lo mejor.

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