lunes, 14 de mayo de 2012

A mí tampoco me gustan los lunes (XIV)

La semana, como siempre, ha resultado movidita y, también como en los últimos tiempos, para no perder la costumbre, viene cargada con noticias o anuncios potentes. Bankia, formada, entre otras entidades, a partir de Caja Madrid -que no es la Caja Mágica de tierra azul en la que Nadal y Djokovic dicen no volverán a jugar- y Bancaja, se lleva la gorda. Que alguien me explique qué está pasando en el sistema financiero español, porque los años que he pasado en la universidad no me dan la respuesta. Las cajas, primero, se privatizan, ahora, se nacionalizan, porque no hay un duro. Pero, siempre queda alguna "migaja" para indemnizaciones millonarias; no les afecta, leía en el periódico en un artículo de opinión, la reducción de la indemnización por despido a 20 días. Y la gente corriente que queremos vivir dignamente no nos aventuramos a los negocios por el riesgo a perder lo que no tenemos y a que no podamos devolver un préstamo de unos miles de euros, mientras que algunos hacen con nuestro dinero (millones de euros) lo que les sale de los mismísimos. Hace unos meses, un joven diputado de Izquierda Unida pedía que nacionalizasen Bankia, por ello tuvo que oír que le llamaran poco menos que animal, o poco más. Sin embargo, ahora viene SuperGoirigolzarri, que ganaba lo que nuestras mentes limpias y terrenales no pueden llegar a imaginar en su salida del BBVA y que inventó, entre otros muchos productos, el famoso Libretón que captó 750.000 clientes. Qué mente privilegiada, qué inteligencia, cómo no habíamos caído, si es que estaba delante de nuestras narices: la gran solución es la nacionalización de Bankia. Salvar a la banca; vale, al fin y al cabo la necesitamos para nuestra vida diaria, para solicitar préstamos que nos permitan invertir y crecer, pero darles  indemnizaciones millonarias a los gestores que la han hundido: NO. Dónde están esos gestores, ¿en la cárcel? No, ¿procesados? Tampoco. Los indignados celebran su primer aniversario en Sol. Y es que es indignante que la misma cantidad de dinero que se ha recortado en los presupuestos de educación y sanidad pueda ser la que se necesite ahora para salvar a Bankia. Y es que es indignante que, pese a la crisis, las diferencias entre los salarios de los directivos de las empresas y sus empleados aumenten.

Luis Tinoco

También se ha hablado de la denuncia por malversación al presidente del Tribuanal Supremo, Carlos Dívar, nada más y nada menos, que por gastarse dinero público en hoteles de lujo. ¿Será cierto? Puede; a mí ya no me sorprende nada. Y es que ni la Justicia se libra de la corrupción, y es que la raza humana debe ser miserable, y  es que si nos caen las plagas anunciadas en el apocalipsis será con motivo. Hablando de plagas, bien me parece una de ellas la verborrea que suelta habitualmente el Jefe de Gobierno venezolano. Chavez vuelve a casa a tiempo, luego de pasar por radioterapia, para ver ganar a su compatriota Pablo Maldonado la carrera de Fórmula 1 disputada en Montmeló, donde, por cierto, Alonso termina segundo y colidera el Mundial. Del otro lado del atlántico, Gasol palmea hasta siete veces para decir yo estoy aquí y quitarse de encima a los Nuggets y, de paso, sacudirse las críticas llovidas desde la ciudad angelina.
Y se va la Liga. Más lejos para unos que para otros ha quedado la salvación. En unos cinco últimos minutos de infarto, Falcao, héroe de Bucarest, da un cabezazo y hunde al submarino de Lotina, quien cosecha dos descensos consecutivos- el año pasado con el Depor-, si no somos maliciosos y le sumamos el descenso del Villarreal B, que tiene que decir adiós a la liga de plata porque el equipo de Primera no hizo los deberes. Así que el Villarreal, que ha hecho un fútbol brillante durante las últimas campañas, acompañado por un cúmulo de despropósitos en las jornadas más decisivas, dice adiós a la Primera División del fútbol español. Un gol del Rayo en la recta final de su partido contra el Granada es suficiente, mientras un Zaragoza que se veía desahuciado desde hace buena logra culminar el milagro -y ya van dos años seguidos que juegan con fuego los maños-.


Por la parte de arriba, al Madrid, que logra alcanzar unos 100 puntos históricos, al Barça, que ya piensa cómo será su futuro sin Guardiola, pero contando con los actuales pichichi y zamora en sus filas, y al exigente Valencia, del tan peculiar Emery -otro que se ha ido-, se les une el Málaga de Pellegrini para acudir el año que viene a la mayor cita europea. A las puertas se queda un Atleti que tendrá que seguir conformándose con la Europa League -bendita sea, dirán, si la vuelven a ganar-, y un Levante que ha aguantado en puestos de Champions toda la temporada y que bien podría parecer algo injusto no lograr acabar, tan siquiera, en el sexto puesto. Gran esfuerzo el de un Athletic de Bilbao que queda en mitad de la tabla y que tendrá que ponerlo todo en la difícil tarea de ganarle al Barcelona en la final de Copa.
Se acaba la Liga, pero nos quedan todavía, antes de la Eurocopa, los partidos de segunda y segunda B. Estaremos atentos. 

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